Elementos del Clima.
Son presión atmosférica y vientos,
temperatura, humedad y precipitaciones.
La presión atmosférica corresponde al peso de
la masa de aire que se encuentra por encima del nivel en que se efectúa la medición.
Ella está íntimamente relacionada con los movimientos de las masas de aire, en
particular con los movimientos horizontales o vientos, los cuales son el
resultado de las diferencias de presión entre un lugar y otro, y la distancia
que las separa. Ellos contribuyen a distribuir la humedad y la temperatura en
el planeta.
La
distribución de la presión origina centros de altas y bajas presiones, pudiendo
distinguirse, a nivel planetario, dos cinturones de altas y dos de bajas
presiones. Los dos primeros se localizan en las inmediaciones de los polos y de
los trópicos; los segundos están ubicados en torno al ecuador y en la cercanía de
los círculos polares.
El
aire se desplaza desde las regiones de altas presiones hacia las regiones de
bajas presiones. Pero como consecuencia del movimiento de rotación terrestre,
se produce una desviación de los vientos hacia la derecha en el hemisferio
norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur, hecho que se conoce como el
nombre de “efecto de Coriolis”
En
el estudio climatológico, la presión atmosférica tiene especial importancia, ya
que por su intermedio se puede realizar el análisis de los vientos dominantes.
Se considera como presión normal a nivel del
mar la de 760 mm, es decir, equivalente a los 1.013 milibares (mb); sin
embargo, se registran con frecuencia presiones superiores, que pueden llegar
hasta los 780 mm (1.040 mb) o más, las que reciben la denominación de altas
presiones, así como también presiones por debajo de lo normal, hasta 725 mm
(982 mb) o menos, que se dominan bajas presiones.
Los centros de altas y bajas presiones están asociados
a determinadas condiciones de tiempo. Así, un centro de alta presión, por ser dispersores
de viento, se asocia con buen tiempo, mientras que un centro de baja presión,
con tiempo variable, nuboso o tormentoso.
La temperatura junto con la precipitación aunque
sin desmerecer la relevancia de los otros elementos del clima, son los que
tienen una mayor importancia, no solo porque influyen en las distintas
actividades del hombre, sino porque son las variables que permiten caracterizar
los diversos tipos climáticos. El ritmo de las variaciones térmicas de la
atmosfera es variable durante el día; por regla general, la mínima se produce
poco después de la salida del Sol, y la máxima, dos horas después de la culminación
de este, al mediodía. Por otra parte, la temperatura está muy relacionada con
la latitud del lugar, con la altitud y la situación geográfica.
Sobre
los océanos las variaciones de la temperatura se deben a las diferencias de radiación
solar absorbida por las aguas, y a la influencia de las corrientes marinas y
vientos. En los continentes, por su parte, la disminución de la temperatura con
altura es la característica más significativa, aunque tampoco hay que olvidar
la variación que ella experimenta según la disposición de relieve.
La
atmosfera se recalienta por efecto de la radiación solar, que es la energía emitida
por el Sol. Cuando esta es interceptada por un obstáculo terrestre, se habla de
insolación. Los procesos mediante los cuales el aire se calienta son la absorción
y la irradiación. El primero de los es el traspaso directo de la
temperatura a los gases constituyentes
de la atmosfera, y el segundo es el traspaso de la energía solar absorbida por
el suelo y luego irradiada a la atmosfera.
La
amplitud u oscilación termica se define como la diferencia de temperatura entre
un máximo y un mino, en un periodo dado, que puede ser diario, mensual o anual.
La humedad atmosférica es la cantidad de vapor de agua que se encuentra en la
atmosfera. Cantidad de agua en forma gaseosa en una masa de aire es la humedad
absoluta, y la relación entre la cantidad de vapor de agua que una masa puede
contener y la cantidad real es la humedad relativa. Se mide en gr / m3 y en
porcentaje, respectivamente.
Las
precipitaciones se refiere a la presencia de las aguas liquida o sólida en la
atmosfera. Las formas que estas presentan son las siguientes: nubes, niebla,
lluvia, granizo, agua nieve y nieve.
Factores del Clima.
Las variaciones y valores medio de los
elementos del clima dependen de una serie de factores, como la latitud y situación
geográfica, relieve, proximidad del mar y corrientes marinas. Íntimamente
asociadas a ellos se encuentran también la radiación solar, la naturaleza del suelo
la distribución de tierras y mares y la circulación general de la atmosfera o
movimientos de las masas de aire.
La latitud interviene decididamente sobre el régimen
de los vientos a través de la ubicación que estos tienen dentro de la circulación
general de la atmosfera. Se puede dividir cada hemisferio en tres grandes fajas
latitudinales; desde el ecuador hasta los 30º se encuentra la zona de los
vientos alisios del SE para el hemisferio sur y del NE en el norte, separados
por una zona conocida como de las calmas ecuatoriales. Entre los 30º y los 60º
se ubica la zona de los vientos oestes cuya continuidad se ve interrumpida por desplazamientos
de ciclones extra tropicales. Desde los 60º hasta los polos se encuentra la
zona de los vientos polares del este, separados de los oestes por la del frente
polar.
Por otra parte, la altitud también tiene una
importancia preponderante en las variaciones térmicas y su causa, la insolación,
entendiendo esta como la energía media que recibe un área expuesta a la
influencia de los rayos solares. Siendo el ángulo de incidencia de los rayos
solares mayor en las regiones tropicales, se produce en ellas un mayor asentamiento.
Así, en general la temperatura media disminuye desde las bajas latitudes hacia
las altas latitudes, junto con un aumento de la amplitud térmica anual.
El relieve, por su forma y posición, es un
factor del clima que cumple un papel fundamental en la modificación de los
elementos del clima, en especial en las temperaturas y en las precipitaciones. Así,
por ejemplo, modifica la cantidad de insolación, ya que cuando más elevado es
el lugar, menos es el espesor de la atmosfera que la radiación solar debe
atravesar; al mismo tiempo altera el ángulo de incidencia de los rayos solares,
por lo que las laderas se ven más o menos favorecidas según la hora del día y
su orientación.
El relieve influye también en los vientos
actuando en algunos casos como biombo y en otros como canalizador de los
flujos, atmosféricos. Por otro lado, la diferencia de insolación que reciben
las laderas, mencionada anteriormente, provoca la alternancia de brisas de
valle y montaña.
El relieve modifica fuertemente el régimen de
las precipitaciones. Por regla general, se observa que la precipitación es más
abundante en las laderas expuestas a la acción del viento o barlovento que a
las de sotavento o laderas protegidas de él.
La proximidad del mar influye en el
comportamiento térmico de zonas costeras como consecuencia de una gran inercia térmica
de las masas de agua, es decir, por la lenta reacción a los cambios de insolación
que ella tiene, actuando de este modo como regulador frente a las variaciones
diarias y estacionales de la temperatura es importante tener presente también la
acción reguladora del mar sobre las masa de aire provenientes desde las
regiones oceánicas hacia las costas, provocando por lo general que en las
laderas de barlovento la influencia marítima sea más acentuada que en las de
sotavento, lo que se refleja en los montos de precipitaciones y en las
variaciones del termómetro.
Las corrientes marinas tiene importancia según su cualidad termina, sean
estas cálidas o frías, ya que modifican sustancialmente la temperatura y las precipitaciones.
Fuente: Manual de Geografia de Chile.
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